Democratización de la IA Generativa: el desafío en educación
Por: Andrea Mansutti – Magister en Edtech, especialista en Desarrollo y Gestión de Programas de Formación de la Cámara Argentina para la Formación Profesional y la Capacitación Laboral.
La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) no es un fenómeno reciente. Sin embargo, la democratización de la IA y el acceso generalizado a la inteligencia artificial generativa han abierto un abanico de posibilidades sin precedentes en el ámbito de la formación, generando a su vez una mezcla de entusiasmo y cautela. En mi experiencia personal, como docente y como diseñadora de espacios formativos, siempre abrazo las innovaciones, pero a veces es difícil en un comienzo dimensionar si es un cambio superficial o es algo que transformará fundacionalmente las cosas. Y aun cuando reconocemos que estamos en el segundo camino, no sabemos cómo transitarlo.
Democratización de la IA Generativa: ¿cómo nos paramos frente a ello?
La facilidad con la que hoy en día se puede interactuar con herramientas de IA generativa representa un verdadero punto de inflexión. Ya no estamos hablando de desarrollos tecnológicos reservados para expertos, sino de una tecnología al alcance de empresas, instituciones y, lo más importante, de los propios estudiantes. Este acceso masivo a la IA está redefiniendo los límites de lo que es posible en el desarrollo de habilidades y competencias. En ese marco, quienes lideramos espacios educativos nos encontramos con la encrucijada de cómo incorporar estas herramientas sin perder de vista el verdadero objetivo de los procesos educativos: que las personas aprendan, que desarrollen nuevas competencias. Si, parece un cliché, pero a veces lo olvidamos. Y frente al miedo de perdernos, nos cerramos a las posibilidades. Y la inteligencia artificial, a mi modo de entender, nos presenta un sinfín de posibilidades para potenciar los espacios de formación.
La IA Generativa está transformando la formación
La educación está en constante evolución y los debates sobre el rol de la tecnología en los espacios áulicos son infinitos. En los últimos años, la inteligencia artificial ha brindado a la educación muchas soluciones principalmente en los espacios de gestión educativa, a través de procesos de automatización, de escalabilidad, entre otros. Ahora bien, la irrupción de la IA generativa y de Agentes de IA puso en jaque al docente dentro del aula. Hablamos de inteligencias que pueden trabajar para nosotros, crear contenidos y actividades, y dar respuesta personalizada a nuestros alumnos. Sin entrar aquí en el debate acerca del reemplazo del docente, elijo pararme en la vereda de las posibilidades. La IA generativa nos brinda la posibilidad de potenciarnos y elevar nuestro rol convirtiéndonos en verdaderos guías del proceso de aprendizaje. Si somos formadores o lideramos espacios de formación, la IA puede ayudarnos a:
- Hiperpersonalizar el aprendizaje: La IA analiza las necesidades individuales de cada estudiante y genera contenidos y actividades a medida, optimizando la curva de aprendizaje.
- Crear contenidos innovadores y adaptados: La IA facilita la creación rápida y eficiente de materiales formativos innovadores y actualizados.
- Analizar datos para mejorar la enseñanza: La IA puede analizar grandes cantidades de datos sobre el rendimiento de los estudiantes, los métodos de enseñanza y los resultados educativos
- Mapear Competencias e identificar brechas de habilidades: La IA puede revolucionar la forma en que las organizaciones identifican las habilidades necesarias.
La inteligencia artificial generativa ha llegado para quedarse y está marcando un antes y un después en la forma en que concebimos la formación de habilidades y competencias. Si bien es natural experimentar sentimientos encontrados ante este cambio de paradigma, es innegable el enorme potencial que la IA ofrece para construir un futuro del aprendizaje más personalizado, eficiente y accesible para todos. La inteligencia artificial puede ser nuestro reemplazo, puede ser nuestro asistente, puede ser nuestro equipo. Todo depende de cuánto estemos dispuestos a colocarnos en el rol de aprendiz, y explorar las posibilidades que la IA nos brinda. Por supuesto, en nuestro contexto latinoamericano, no debemos olvidar que la brecha digital es una cuenta pendiente, que sigue ampliándose. La alfabetización en IA y la importancia de abordar los dilemas éticos derivados de su utilización, también deben ser tema de agenda para quienes lideran la educación.